Huerfanos

Allá por la montaña que se me olvida
Se encuentra perchada en una rama de la colina

La jaula que es una casa
La mansión para los minúsculos
Decorada con los juguetes de mi infancia
Rotulada con los garabatos de mi crayón favorito

Exilio para los mal queridos y maltratados
Hogar para aquellos que quieren ser olvidados
Ultimo destino para los que su fin no definieron
Asilo para los fraternos del desprecio

Entre ellos comparten dichas y alegrías pasadas
Como si fuesen momentos adictivos y efervescentes
Tratando de darse animo unos a otros
En ese lugar lejano y descuidado

Se alimentan de lo que pueden
De recuerdos de comida y memorias de olores
Siempre atentos por alguna neurona perdida
A la cual convierten en manjar de varios días

Esa es la vida de los olvidados
Los que por miles de razones y un motivo fueron descartados
Sea por estúpidos, incomprensibles, irracionales o mal pensados
Todos debidamente evacuados y a este lugar nefasto enviados

Turistas de sus ventanales son ellos
Igualmente esa es la única actividad divertida que tienen
Depositando en su vista al cielo sus esperanzas
De ver a un tintero, bolígrafo o fuente que los recoja y los utilice

Duermen juntos pero separados, cada quien en su esfera
Sueñan con lo que pudieron ser y lo que harían
Hasta que la pesadilla del hombre con sombrero los acecha
Viéndose a ellos correr de la posible eliminación de su existencia

Un malvado hogar si lo quieren describir de esa manera

Para mí solo es la función que cumple
Un lugar de desecho, una bóveda para lo innecesario
La jaula para lo mediocre o menos aun
La casa de las ideas desechadas