Espejo vacío (Historia Suburbana 1)


Desnuda, recostada de espaldas, dormía perla, con su larga mata de pelo negro llegándole a cubrir una nalga, una de ese par tan formado que tiene, las plantillas de sus pies están sucias de caminar descalza por toda la cama, antes durante y después, de estar con Topacio, que fuma, sentado en un mueble, viendo a esa mujer que yace desnuda en su cama, con un felino gesto Perla se limpia la cara entre sueños, mientras gira, exponiendo una nueva mata de pelos negros, bajo la cintura, y sobre ella unos senos perfectos, un pezón elevado y uno hundido, pero ambos de la misma tonalidad café. Topacio suspira al verla dormir, ella no duerme tranquila, se queja , se retuerce.
El da una bocanada de humo a su cigarrillo, suspira y se recuesta sobre el mueble... recuerda la primera vez que la vio... ella le prometió ayudarle a vivir, y a esta altura lo mataba lentamente, le prometió sonrisas y lluvias de colores, y a esta altura le entregaba llanto y tormentas tropicales.
La mujer se retorció de nueva cuenta.- mientras Topacio.- recordó la primera señal de alerta, que debió ser la última, ella huía, era escurridiza, temerosa, Topacio se tiró sin paracaídas y se estrelló en el suelo, de lleno, se quebró un par de dientes, y un par de costillas...
La mujer hizo un leve movimiento al colocarse de espaldas, empinándose en su felina forma, levantando levemente las nalgas y volvió a acostarse.
Topacio apago el cigarrillo en el brazo del mueble, acordándose de la segunda señal, la que debía ser de huida, un día se bañan juntos, ella le hizo cerrar los ojos, lo sacó del baño y se colocó frente al espejo... y al verse reflejado, estaba solo él, ella no aparecía en el espejo. Debió huir como ella lo hizo antes, pero decidió quedarse, argumentando que la sensualidad vampirica que la llenaba era la causante de su ausencia en el espejo.

Ahora, el se levanta, y va al baño ella lo alcanza, le agarra el miembro con fuerza cuando termina de orinar...el no gira, camina a lavarse las manos, ella se coloca tras el, mira al espejo y no hay nadie, el espejo está absolutamente vacío.
Ella le sonríe: me retiro, un placer haber estado en tu vida... se cambia, bragas verdes chillantes, microfalda negra, brassiere morado, calcetas amarillas, tenis azules, camisa roja, vincha rosada y se va...

Topacio confundido y desnudo, se acerca a la ventana para verla alejarse... su alma se quiebra poco a poco, se va frente al espejo y entre mas dolor siente interno, mas se dibuja su rostro en el espejo, hasta tomar su forma original por fuera, mientras por dentro, el espejo lo muestra vacío.

1 comentario:

Lluvia de abril dijo...

Tus relatos José,siempre contados a la perfección y con un cierre magistral...
Me encantó!
Beso!
Bel