Dia de escuela

Fue un día como cualquier otro

Donde eficazmente cubrí todas las mentiras

Rompí todas las notas de convocatorias

Y la agenda de las tareas las hice desaparecidas

Seguro y confiado iba hacia mi casa

Un día espantoso de escuela nuevamente concluido

Esperando ansiosamente ya el resto del mismo

Lleno de televisión, ocio y comida

Diversión por horas y horas

Esos eran mis días escolares

Escuchar a los maestros decir idioteces por la mañana

Disfrutar de la distracción y los juegos por la tarde

Un ciclo perfecto si podría decirlo

Bendito era yo que nací con un buen oído

Bastaba escuchar a los maestros y sus tonteras

Para poder aprobar cualquier prueba

Pero nada podía moverme para hacer las tareas

Esos trabajos molestos e innecesarios

No se la verdad cual era el punto

De estar haciendo ejercicios matemáticos a diario

No falta decir que gracias a mi conducta

Ser un alumno estrella no era mi anhelo

Con tal de no ver números rojos en mi boleta

Era más que suficiente para estar contento

Seguí en mi ocio toda la tarde

La noche ya descendiendo de repente

El portón de mi casa abriéndose lentamente

Un automóvil entrando, mi padre el emergente

Cabe mencionar que mi padre es temible

Un hombre de porte y duro carácter

El cual dejo de insistir en que sobresaliera

Quizá por decepción, negligencia o de ambas una mezcla

Entro a la casa como siempre

En silencio y solo un "buenas noches" de acompañante

Dejo sus maletas en la mesa

Y se dirigió a su cuarto como normalmente lo hace

Pero ese día era diferente

Algo en el aire me lo decía

Me dije a apagar el televisor y buscar mi cuarto

Cuando su voz distante logro petrificarme

Era una noticia, una noticia preocupante

Había recibido una llamada, una llamada irritante

De mi maestra guía, esa mujer desesperante

Que mi falta de responsabilidad era algo alarmante

No sé por qué esto le era de importancia

Viendo como tampoco es que estaba reprobante

Pero nada de eso importo

Cuando de su mano vi una faja colgante

Un toque frio corrió por toda mi espalda

El dolor de ese instrumento a mi mente llego

Y el horror de esos momentos aún más me paralizo

Me había ganado una golpiza eso era lo único asegurable

La reprimenda no duro ni minutos

Pero cada azote retumbo en toda mi piel, todos mis nervios

El dolor agudo y feroz, como un bosque en incendio

Mi espalda marcada, con piel en gajos y sangra hirviendo

Ella era la culpable,

Ella me había regalado esto

Ella que en mis asuntos no debía meterse

Ella que se dice ser maestra comprensiva y cariñosa

Esa noche no logre encontrar el sueño

Envuelto en un tifón de odio y dolor

Pensando en cómo a esta mujer yo la detesto

Y como quisiera que sus ojos a mí nunca más volvieran a enfocarse

Llegó la mañana

Y con ella otro día de escuela

Pero este día era diferente

Este día llevaba de adorno un collar de venganza e ira en forma de ideas

Llegue a la escuela

Rápidamente camine hacia mi aula y busque mi pupitre

Me senté en el con cuidado para que el dolor de ayer fuese sublime

Y espere

Espere a que la campana sonara

Para mi eran las trompetas de guerra

La batalla estaba por comenzar

Una lucha entre mi odio desmesurado y ella

Entro mi maestra, dijo buenos días

Mis compañeros se pararon y respondieron con alegría

Con excepción mía, permanecí sentado

Siempre con mis ojos en la figura de mi maestra fijados

Logro ver el cuadro ella

Me quedo viendo con perplejidad y duda

Pregunto si algo me ocurría

Pero solo obtuvo silencio para sus dudas

Se acercó más a mi

Ya con un tono más serio y desafiante

Deseaba saber que me sucedía

Pero yo solo la mire, más intensamente

Ahora está a centímetros de diferencia

Ahora ya me está gritando

Persistí en solo verla en mi papel de mudo

Tratando de transmitir a ella todo mí desprecio

En ese momento fue cuando sucedió

Algo mágico y extraño, fuera de la razón

Empecé a notar como de repente sus ojos se iban inflando

Como burbujas ascendientes hasta que repentinamente explotaron

Salpicadas de sangre adornaron mi cara

Y la dulce música de sus gritos llenó mis oídos

Una gran y merecida sonrisa decora mis labios

La satisfacción de la victoria mi dolor ha anestesiado