El poder no sirve para nada



EL PODER NO SIRVE PARA NADA

Recuerdo aún la emoción en el rostro de mi vieja
aquel día en que supo que ya era oficialmente abogado,
tengo en la mente grabado su llanto,el asado
familiar para festejarlo y a mí padre repitiendo moralejas.

Quedaban atrás los años de aquel alumno ejemplar
que fue abanderado con un promedio casi perfecto,
o del que guardaba en un frasco cadáveres de insectos,
y que aprendía a mentir porque hay cosas que no se deben contar.

Cuando con 28 años apenas cumplidos recibí el ofrecimiento
para integrar la lista de concejales de un partido político
era uno de los más reconocidos letrados por lo analítico
y tenaz a la hora de lograr para mís clientes el sobreseimiento.

Me quedan 23 fotos mías saltando ese domingo triunfal
en que ganamos las elecciones con algún pequeño fraude,
pero de nuestra habilidad manipuladora no quisiera hacer alarde,
prefiero hacer hincapié en el juramento que me oficializó concejal.

La verdad,no presenté tantos proyectos como esperaba,
pero a los 3 años de gestión mí apellido empezó a sonar
fuerte para presentarme en las internas a fin de derrotar
de cara a las elecciones a una dura lista que se armaba.

Tanto las internas partidarias como las generales
me tuvieron (sin trampas) como claro ganador,
y aprendí a sentirme considerado un tipo triunfador,
y a ver el respeto hacia mí en las pupilas de mís rivales.

Tenía 32,una esposa y 3 hijos a los que por compromisos
cada vez podía ver menos,estaba en mí despacho
muchas horas y cuando podía iba al bar con los muchachos
para desenchufarme de moratorias y finanzas por el piso.

A los 43 ya tenía en mí haber una reelección,
tantos sobornos como para convertir una laguna en río,
y hacía unos meses que era diputado gozando de un poderío,
de 3 autos,2 casas,guardaespaldas y un sueldo de consideración.

A partir de los 55 mí imagen no fue la misma en la gente,
fuí procesado en una causa por cheques falsificados,
y aunque la justicia nunca dió un veredicto fuí condenado
en el boca a boca de los que antes me hicieron su referente.

Los comités que supieron cobijarme simplemente me ignoraron,
los compañeros de juerga misteriosamente estaban ocupados,
los guardaespaldas se fueron con quien necesitara ser custodiado
y pagara un poco mejor que éste cincuentón avaro.

Sin conocerme en el espejo y con un retrete sucio por corazón,
ní por lástima los perros orinaban mís zapatos,
todos miraban al verme hacia un lugar más grato
con tal de no cruzar la mirada con el que sabían ladrón.

...

Y hoy que tengo 72 y estoy postrado en ésta cama
de hospital esperando el fin de mís días como cualquiera
me doy cuenta aunque demasiado tarde que no suma la fama
ní las fotos en los diarios como testigos de noticias pasajeras.
Soy consciente que el poder no sirve para nada,
más que nunca al ver que mís hijos vienen por compromiso,
que mís nietos se limpian la boca tras besar a un viejo enfermizo,
pero la culpa mayoritaria es mía por haber dejado mí familia abandonada.
Maldigo de manera indescriptible el momento que acepté
presentarme,fue una desgracia que cuajó mí integridad,
solo ahora he aprendido que el honor y la dignidad
te los traen los trabajos que menosprecié.
Me limito a causa de ésta insfección a sobrellevar el cierre
de mí paso por la vida lo más dignamente posible,
sintiéndome una carga y me resulta inadmisible
calcular sí habrá más de 20 personas al momento que me entierren...

Casi con el último aliento de ésta boca frustrada,
solo puedo repetir que el poder no sirve para nada...
La política te consume de a poco como la llama a la vela,
te hace creer poderoso cuando en realidad te está dejando secuelas.

Mariano

5 comentarios:

Lluvia de abril dijo...

Aplausooooossssss Eze!!!!

Que bien contada esa historia, que cronología de un poder que no existe...

Que solo deja secuelas... Me en-can-tó!!!

Besos muchos!!!

Bel

Setho dijo...

grande el relato Eze!!!
también conocido pero con sabor a nuevo... es interesante como las situaciones que uno a menudo puede pasar, hacen variar el sentido, contenido e interpretación del arte...
salu2!

Betodeth dijo...

Mariano que historia, no tengo palabras que decirte más soy muy joven, solo te digo que estudio derecho y trataré tu historia como un ejemplo de lo peligroso que puede ser inmiscuirse con el poder. Saludos.

Federico Vargas dijo...

Apenas lo lei y me parecio excelente, te felicito amigo.

Sergei dijo...

Es un escrito shockeante. Recuerdo bien cuando lo leí por primera vez la impresión que me causó.
Está escrito de una forma que parece totalmente verídico.
Me recuerda un poco a esta canción de Ismael Serrano... jajajaa
http://www.youtube.com/watch?v=0POBW8RPik0
Un abrazo Eze!