Cuento: "Sin Compromiso"

SIN COMPROMISO


Ramiro estaba sudando a chorros,estaba nervioso, dudaba en cada segundo, pero lo había decidido, de una vez portodas abandonaría su hogar.
Ni Rocío y menos su pequeño bebéentenderían, pero él no era un hombre de mucho compromiso, y ahora con estebebé se sentía ciertamente comprometido.
Tomo sus cuatro calzoncillos, doscamisas y su pantalón de reír y llorar y cogió rumbo a otro pueblo, el pueblode “San Joaquín” donde se había decididoa iniciar una nueva vida.
Y primero, pues lo primero, quedóboquiabierto cuando vio a Indira, una morenaza de metro ochenta de altura, ojosnegros como el carbón que utilizaban en aquel pueblo, cabello rizado como laslianas de los árboles que adornaban el paisaje, y una poderosa posadera que era muy parecida a la que habitaba lossueños de Ramiro.
Supo al pasar pocos días que noera el único interesado en aquella mujer. Indiraera el mayor privilegio de aquel pueblo, algocasi inaccesible.
Pasaban los días, cada vez mascortos en su obsesión con aquella morena, tal que ya había hecho que los ojosverdes de su esposa, desaparecieran de sus recuerdos.
El la seguía como un galgoseguiría a un conejo, pero ella siempre cortante le respondía “negro conmigojamás”.
Ramiro era un payaso frustrado,siempre le gustó ser el centro de atención, y el hazmerreír de la gente, cosaque quiso demostrar el día que se emborrachó frente a la morena, y haciendo todos los malabares ycontando todos los chistes que conocía, se emborrachabamás y más, entre menos bebía mas borracho se sentía.
Cayócasi inconsciente de la borrachera, ante un nuevo rechazo de la morena,seguramente se pensó muriendo cuando con los ojos entreabiertos, se dibujó ante él una silueta delgada ypequeña, clara, angelical y con unos penetrantes ojos verdes.
EraRocío, y no venia sola… el bebé desde el coche, le hacia un gestodesaprobatorio a su padre, o quizás solo quería estornudar “ni te preocupes” ledijo Rocío, no vengo a mendigarte nada, no vine por ti… levantándose la falda lo menos posible leasesto a Ramiro una patada que lo terminó de dejar inconsciente. “al cabo quese lo merece” grito la negraza desde el fondo del bar… Rocío solo suposonrojarse al sentir ese poder, esa libertad, al soltar esa necesidad….
Con elpasar de los días se concretaron en el pueblo dos cosas que a pesar de que eranaparentemente fuera de lugar y tiempo, no resultaban menos evidentes; Ramiroterminó siendo el payaso y hazmerreír del pueblo al pasar con la caracoloradita de vergüenza o con su sombrero cubriendo su mirada y se concretabala segunda cosa, cuando la gente veía a Rocío e Indira besarse en publico yentregarse en privado


Jose A. Flores A.



basado en un ESCRITO conjunto que hice con Chio para CIudad Sabina.

8 comentarios:

Abi Finch dijo...

Si jajaja lei el escrito en CS muy bueno!!!

Bueno, este tambien, esta mejorado
Besos Jose

Chio dijo...

Ahora que lo pienso, quiero decir algo.... Por que debía llamarse Rocio? jajajajajajajajaja Espero no se piense que esta basado en hechos reales, eh??

Judith Castejón dijo...

Interesante... :)

Lluvia de abril dijo...

Siempre te digo que me gusta tu manera de contar las cosas mas inverosímiles, podés en unas cuantas líneas divertir o emocionar... Gracias por esa magia...
Besos muchos...

Pd: Y sabemos que es ficción Chio jajaja

RoqueV dijo...

Me encanto leer este, tiene el tipo de "twist" que me fascina.

Saludos.

Sergei dijo...

Interesante relato José!
El pobre Ramiro al final no tuvo a ninguna y para colmo se tuvieron entre ellas ! jajaa
Muy bueno!!
Un abrazo!!

Setho dijo...

gracias a todos por tomar el costo de leerlo, solo plantée de otra forma lo que escribimos con Chio, la cual por cierto no es la misma del cuento /hasta donde yo sé/...

saludos a todos y gracias por leerme!

Ezequiel dijo...

Está muy bien hecho llevado,como todos tus relatos en prosa,que suelen contar historias como esta.

Un abrazo y muy buen aporte!