A la hora de la siesta
















A la hora de la siesta

Hoy que estoy de vuelta
en el mercado de la carne
de un aviso de ocasión.
Hoy que cruza por mi puerta,
el destino viene a darme
su consuelo en mi colchón.

Hoy que otra vez me valoran
y me estrechan unos brazos
con caricias a granel.
Hoy las penas se evaporan,
se diluyen con sus besos
y el aroma de su piel.

Hoy que principia la tarde
y es la hora de la sienta,
no pierdo el tiempo en dormir.
Hoy mi pecho esta que arde,
en mi cama hay una fiesta
y sus muslos siento hervir.

Hoy aquí no hay nada falso,
no se dice ni un te quiero,
no hace falta convencer.
Hoy que hace tantos besos
no habia algo tan sincero
que me brindara placer.

Hoy que el cielo fue testigo
de la pasión desbordada
que nos hace enloquecer.
Hoy quedamos como amigos
y no prometemos nada,
mas que volvernos a ver.

Federico Vargas Angeles (Fd Ner Tamid)

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