Al
observar el reflejo del espejo, pudo notar con la claridad que proporcionan
unas gafas adaptadas, todas y cada una de las arrugas que surcan sus ojos, esas
líneas de expresión como suelen llamarlas los productos caros de belleza, que
al final de cuentas solo sirven para gastar dinero, pues el tiempo no perdona y
las arrugas están ahí, latentes, mostrando que la edad esta llegando, junto con
una intranquila soledad de vino tinto, libros y música. Con un montón de viejas
cartas de amor desparramadas en el escritorio, sacando extractos de poemas
viejos, de lunas escondidas, palabras de distintos idiomas, esperanzas que se
quedaron guardadas, envueltas en un listón de color rojo degradado, viviendo de un recuerdo que se
desvanece con el paso del tiempo, mientras las arrugas se hacen mas profundas,
mas tristes.
El espejo
no lo dice, pero lo piensa, junto con el reloj biológico que grita cada vez más
fuerte “tic tac tic tac tic tac”….
Caracol
de mar, de esos que están de adorno en las casas de verano, vacío, pero con el
sonido del mar embravecido por dentro.
Dicen que
en algún lugar del mundo hay alguien que te complementa, yo no estoy tan
segura, es por eso que asesino los cuentos de hadas que muestran finales felices; prefiero tomar la taza de café humeante y soñar en textos todas las historias
que no viví contigo.
5 comentarios:
Sencillamente me dejás sin habla Abita!!!
Que bello texto,que maravilloso final:
"Dicen que en algún lugar del mundo hay alguien que te complementa, yo no estoy tan segura, es por eso que asesino los cuentos de hadas que muestran finales felices; prefiero tomar la taza de café humeante y soñar en textos todas las historias que no viví contigo."
Te quiero mucho!
Besos miles... Bel
Hermoso!!
Hermoso!!
Excelente Abi, me encantó de principio a fin, desde la nostalgia, la soledad, el relato, la visión y la reflexión, genial,... un abrazo! gracias por compartir!
Woooorales! Muy bueno es.
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