Castillo derrumbado


Si en algún momento toqué las nubes
Fue porque yo mismo construí esa torre
Es por eso que en este día trágico
Pase de un cielo claro a un suelo lodoso

Y es que viví bajo la idea del dulce sabor de la miel
Imaginándome el degustar de aquel delicioso manjar
Pero al momento de recibir mi alimento
Me encontré con miles de abejas amargas y un panal

Las picadas duras y molestas
Dejando consigo una gran deformación y enfermedad
Postrándome en mi espacio solitario y enfermizo
Quien diría que el fracaso fuese tan mortal

En este juego del diagnostico
No hay nadie a quien culpar
Solamente a mi mismo
Por mis objetivos ser incapaz de alcanzar

Tal como esperaría de un evento tan acido
Me he quedado solo con amargura y rabia
Mi felicidad estable hace mucho se decidió marchar
Ahora solo me quedo en mi pozo, poco me falta para fermentar

Pero de este proceso solo queda un positivo
Que ejerceré con mucha satisfacción y esperanza
Ya que de esta caída a la realidad
Saldrá un esfuerzo para hacer de mi futuro éxito mi venganza

4 comentarios:

Flora Isela Chacón dijo...

a veces la venganza es el motor, ojala no, pero así pasa.

Lluvia de abril dijo...

"Pero de este proceso solo queda un positivo
Que ejerceré con mucha satisfacción y esperanza
Ya que de esta caída a la realidad
Saldrá un esfuerzo para hacer de mi futuro éxito mi venganza."

Excelente cierre para un poema descarnado sobre un fracaso... Gracias por compartirlo Roque!
Besos...

Bel

Setho dijo...

interesante... ahora, si uno es culpable del fracaso debe ser la venganza una opción? o uno opta por creerse culpable del fracaso ante la mera frustración? jodida la situación, cuantos habremos pasado cosas similares sin llegar a una epifania... buen escrito, gracias por compartirlo Roque... Saludos!

Daniel Vaquedano dijo...

"Si en algún momento toqué las nubes
Fue porque yo mismo construí esa torre."
Excelente Roque. Me has dejado con esa sensación de coraje..!! de verdad muy bueno.