LXI
BESOS EN EL CUELLO
Cuando no estás para combatir el miedo
todo comienzo es principio final,
los falsos labios mueren sin credo,
el paraíso es territorio banal.
Cuando no quedan besos en el cuello
los ascensores suben de repente,
la vida brilla sin brillar destello
jamás te llega la carta urgente.
Cuando el desamor ha movido ficha
toda triste palabra ya esta dicha
la pasión anestesia el sentimiento,
cuando a los ciegos perdemos vendas
nunca más se reza al Dios de las ofrendas
¡cómo duele sentir lo que no siento!
LXII
WOODY ALLEN
Woody Allen es un loco tan mío
tan justo perdedor de vencedores,
la gracia en el borde del hastío,
el Groucho director de los actores.
Claqueta del poeta en cada toma,
un guión adaptándose a tu vida,
el verso pelirrojo de la broma,
Manhattan en postal descolorida.
La pasta de sus gafas son mis lentes,
neurona más nerviosa de las mentes,
novio de su hija,sol del clarinete,
Annie Hall,la dulce más dulzona,
Poderosa Afrodita sin machete,
Hanna,Vicky,Cristi,Barcelona.
LXIII
EN UN MAR DE SOLEDADES
Al verse mi verso en entre dicho
por la falta de tu ser en mi alegría,
la esperanza del ayer,triste capricho,
perdió la esperanza de algún día,
al verse mi compás descompensado
por el ritmo del poema en tu latido,
olvidé todo aquello recordado
aprendiendo que soy todo lo vivido,
al verme tan mal visto por tus ojos
quedaron mis pupilas por despojos
achicando enfermizos lacrimales
y la muerte se vio con tanta vida
al ver el alma mía tan hundida
en un mar de tus tristes soledades.
LXIV
PUBIS CELESTIAL
"Porque quererse es un castigo
y un abismo vivir juntos"
Gil de Biedma
Cuando estés en los brazos de quien sabe
fornicando sin piedad y con urgencia
y tu puerta oxide cada llave
ante el pubis celestial de la clemencia,
cuando lamas los vicios erectantes
y mis vicios sean sed para mañana,
el final del quizás de los amantes
teñirá un sin fin color sotana.
Cuando gimas en los brazos de otro hombre
y tu lengua se muera por su nombre,
mi pluma se ahogará por tu tintero.
Sin mí serás feliz en cada aurora
y más madre y más hembra y más señora
y áun así vida mía,yo te espero.
Rubén Anyolini.
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