El peligro de vivir / tus ojos brillaban

El peligro de Vivir

Todos hablan sobre el peligro de morir, pero nadie

O casi nadie, advierte del peligro de vivir

De que se te pare el corazón y vuelva a latir

De que la sangre deje de circular por tu cabeza

Y vuelva tiempo después a su lugar

Nadie enseña que se puede volar de más de una forma

O en más de una aerolínea, nadie habla sobre esa paradoja

Nadie dijo que te podías caer de la escalera

Ni que la boina combina también con ropa de marca

Que las lágrimas pueden ser individuales

O que la felicidad puede ser plural

Que un beso, un abrazo y un amor, deben ser

El preámbulo de las cosas que aún faltan por vivir

Que el mar existe más allá del ocaso

Y que Dios no juega a los dados, eso lo dijo Albert

Pero nadie le hizo caso.

Nadie advierte el peligro de reconocer otras vidas en los ojos

Ni que hacer, en caso de incendio cuántico

Que la casa del corazón no tiene un solo cuarto para el amor

Ni que en una cama se vuelve inagotable

O que los abrazos puedan abarcar la eternidad de un instante

Ni que las palabras puedan cortar pasiones

Ni que la vida, sería más fácil con abrazos en lugar de balas

Que las ilusiones, son más reales que la vida

Y la imaginación se limita, siempre nos dijeron que era infinita

Que la verdad a medias, funciona a medias

Y que los insultos son más leves cuando son reales

Que las guitarras son solo madera y cuerdas cuando no hay alguien atras

Nadie advierte del talento que se necesita

Para respirar sin contar los tiempos, para parpadear por reflejo

Para gatear de un mundo a otro, nadie dijo nunca que las paradojas

Iban a estar, pero por suerte, nadie dice tampoco que esto sea malo

Nadie dice, que tomemos el camino fácil.

Nadie dice nada del peligro que es vivir

abusando de su paciencia se viene otro colado:

Tus ojos brillaban

  

Y era de noche

Y los humanos hermanados

Compartían el fuego de prometeo

Repartían las historias de vida

Repatriaban las envidias

Y en la madrugaba las leyes

Se volvían cada vez mas justas

Hasta el punto en que la ley

Prevaleciente era el amor

Y era la tarde cuando te veía

Tus ojos brillaban