PIEL DE GALLINA


PIEL DE GALLINA
No hay forma de darte cuenta,
Para cuando llega el primer zumbido a tu oído,
Estas decidido.
Levantás el brazo sin percatarte
De la masiva fuga de mariposas estomacales
Tus ojos reflejando apenas,
Tu oscuridad interior.
Para cuando bostezas,
En tu estomago ,
esta apenas la cena reciente.
Al estirar tu otro brazo
Un par de ojos parecen cernirse implacablemente
Sobre tu frente,
Ambos brazos al aire
y este,
Apenas habitando en tu pulmón
En la justa y necesaria medida ,
Para apenas sobrevivir
El primer pie parece moverse mecánicamente ,
El segundo,
Pide de urgentemente el suelo
Para cuando llega el terror ,
A , tu verdadero ser
Habitando tus rincones más primarios,
Llenandolos de miedo absurdo,
Y estúpidamente Real,
A lo mejor,
es ya demasiado tarde,
Tu cerebro ,
lleno de adrenalina
El estomago vacio
Y el corazón oscuro,
No son nada.
Para Cuando el primer pie toca el frío suelo
Y La piel de gallina ,
Rápidamente se apodera ,
de tus órganos,
es allí, que sin haber retorno posible
Te das cuenta,
pero ya es tarde.
El frio, congela simbólicamente tu pierna
Y la gota fría, más fría del mundo
Baja de tu coxis
Directo, a tu raya del.culo
Ya es tarde para dibujar tan siquiera un grito
Ni el mas silencioso,
Es tarde ya,
Nietzche te cachetea 
Todo su eterno retorno
Sabés, que la cagaste
Te cagaste en todo
Porque al final
Era cierto
De verdad,
El monstruo,
Si,
está bajo tu cama

La chica del North Country


Muchas veces nos dijimos adiós, muchas y otras más
muchas veces nos encontramos en medio de una línea invisible entre los dos
muchas veces nos despedimos solo de mirada, solo de voz, solo de ojos.

Desde que te fuiste creo he aprendido muchas cosas nuevas, también sigo haciendo las mismas pendejadas de siempre, también por ratos me encuentro entre líneas enemigas y líneas amigas, hay momentos que me atacan todos esos pensamientos nocturnos cuando solo suena el ventilador girando del cuarto, cuando la oscuridad del cielo te cae encima sutilmente pero más pesada cada vez que va bajando, esos pesos que no se ven pero parecieran de elefante.

Debo decirte que desde que te fuiste he salido con todas las mujeres que no pude al estar con vos, creí se sentiría una sensación de libertad, pero la verdad toda la ciudad fue de los dos, mejor dicho los dos siempre hemos sido de esta ciudad, cada bar, cada barra, cada baile, cada risa, carcajada, mirada, pelea, beso, lagrima, estamos en cada esquina incluso en aquellas que no se ven también en las que ya no existen. Al final siempre llego a mi cuarto solo otra vez, escuchando el mismo ventilador sintiendo la misma oscuridad del cielo caer sobre mi, pasa, hasta que termino dormido.

He re ordenado el cuarto como 5 veces en lo que va desde que te fuiste, aunque al final termino colocándolo como siempre ha estado, cambié de cama ¿sabés? Esta es más cómoda y amplia, irónico ¿no? Ahora tengo una cama más amplia en ambos sentidos. Las tardes siguen siendo igual, las brisas siempre corren de norte a este, la lluvia sigue oliendo rico cuando cae sobre el pavimento seco, volví dibujar desde que te fuiste, pero paré de escribir, ya no me sale ni un solo verso rico, ni un solo verso con cuerpo. Por ratos cuando termino de trabajar me cambio y busco que hacer por la noche, esperando encontrar un alma que se sienta como yo, buscando un alma que no se sienta como yo, buscando entre miradas de caras conocidas alguna mirada que se cruce con la mía de pura casualidad, a veces pasa, a veces no.

La barba me crece más rápido ahora, ¿podés creerlo? Aquel parche que tenía en la mejía izquierda al fin se cerró. Conocí una cara conocida solo de miradas, congeniamos bien ¿sabés? Nos hemos tratado de vez en cuando, pero siendo yo, ya te imaginás, la cagué otra vez, creo es parte de mi encanto, probablemente era parte de tu encanto entender todo eso gris oscuro mío, esos claro oscuros en carboncillo plasmados en papel grueso color sepia. Hay días que les gusto a todas, hay noches que pareciera que soy una paria para ellas.

Envié un arreglo de tulipanes hace como dos meses solo tuve el impulso, jamás en la vida había enviado flores ni siquiera a vos, ¿recordás? Con notita y todo, ah cabrón soy un payaso a veces, lo sé… ¿Por qué te reís? Ahora nos reímos los dos a carcajadas.
He descubierto unas cuantas bandas y canciones nuevas, pero a tales horas siempre termino escuchando las mismas playlists de siempre, incluso paro cuando la letra no suena en aquel CD rayado. Con la guitarra voy bien, me escucharas ya soy todo un Cacho Tirao, bueno tampoco así, pero me das una armónica siento que bien la hago de Dylan, además el pelo como que ya lo tengo ¿no? ¿No? Ok.

En fin, creo se supone tenía que decirte algo, creo al final no he dicho nada, supongo me pregunto, vos sabés… ¿Me pregunto si entre esas muchas veces que nos dijimos adiós sabíamos que eventualmente iba a ser un hasta nunca?

¿Te acordás cuando hicimos aquellas muñecas con prensa y engrudo? Yo tampoco.

!Hey! Lo siento, disculpame por todo lo que fui y lo que no, donde sea que estés si corre brisa helada, recordá abrigarte bien.

"She once was a true love of mine"
Shut up Dylan! !Ya lo sé!

Como on Eileen

(Acorde de intro al fondo, bombo al fondo, intro suave acompañada de ese ritmo de bom bom bom... I don't know...)

El: Cuándo te vas a escapar conmigo un rato?
(Simplemente soltó la pregunta como quién no quiere la cosa, a medida el tiempo pasaba su tono de voz era más seguro, se podía sentir en el ambiente.)

(Ella levemente suelta una sonrisa nerviosa, pero lo vuelve a ver directamente con esa mirada que mataba, o lo mataba a el.)

Ella: Vamos a ver cuando, pero tenes que estar listo para cuando te diga!

(Solo pasan cinco segundos quizás, pero ambos lo siente como si fue una hora)

El: Dormiré con mis zapatos puestos siempre!
(Lo dice en un tono gracioso, ambos ríen, las miradas vuelven... Entre directas y no, entre risueñas y no, entre si, y no otra vez.)

El: Te puedo hacer una pregunta?

Ella: Si!
(Rápidamente y en tono seco, o dispuesto?)

El: Alguna vez te gusté? O parecido?
(Todo se difumina después de ese parecido.)

Ella: Si, si me gustaste más de alguna vez, si hubieses aparecido unos días antes...
(Pausa, suspiró leve pero profundo.)

El: Andaríamos de hippies por Madrid!

(Ambos ríen nuevamente, todo es palpable ya, lo saben, se acerca, se ven, aún no se tocan pero se siente, siente ese rico, esa cosa, esa sensación que solo aparece en momentos y en momentos así.)

Estridencia al fondo!!!>?:"{_

Los minutos casi segundos pasan en el bar, ambos siguen sentados cerca de la barra. Están a esa distancia segura aún, pero El se siente aventurero, El se siente bien, y Ella, Ella lo sabe.

Ella: Me gusta cuando decís que nos conocimos en la otra vida.

...Sigue música al fondo, "Heroin" by: The Velvet Underground...

El la roza levemente, solo la mano, ese roce de: pedir permiso, ese roce de: puedo seguir más? Ella lo invita a seguir. La música al fondo se acelera más y más, ya pasó la intro, viene ese rush! Que va acelerando y acelerando tan estridente pero tan rico...

Ella: Crees que es una atracción física o algo más, y de ser así por qué?

(Ella lo mata con esa pregunta, es tan compleja y no a la vez, es tan directa y no a la vez, es esa pregunta que encierra todo el momento de la noche, y no a la vez.)

Vuelve el rush del fondo, suena la batería, la guitarra difuminándose entre lejos... "Ah, when that heroin is in my blood  (Suena la risita) And the blood is in my head...

El: Siento que son ambas, me atraés y gustas toda vos, emanás algo. La forma tuya en el espacio, tus pensamientos en lo abstracto, toda vos, como te moves de aquí hacia allá, y ese aroma tan tuyo que queda entre paso corto y paso largo, tan tangible que puedo ver tus pasos, incluso la silueta tuya que queda en ese mero momento, como una foto capturada de otra forma o en otro plano! Un negativo que no todos ven. Quién sos?

(Estridente al fondo, voces leves... Fijo es el minuto 6:36)

Ella se acerca hacia el, le roza la mano igual, Dios, si estás ahí en este momento te estás luciendo conmigo cabrón, te quiero... Ella hace ese gesto, esa mueca, esa mirada, ese brillo, ese todo ella siendo ella en todo.

(La música va leve y más leve...)

Nos vemos una vez más, dos cómplices lejanos.

Llega su novio, Ella se va. La canción termina. Se despiden como viejos amigos, los pensamientos ya dejan de volar y parlotear, el corazón ya late normal)

(Pero Hereeoooin... Be the death of me.)


......Todo esto suena más rico si ponés la canción!....




A-4


Sabés? Creo hasta el día de hoy sabés? Otra vez la manía que tengo de comenzar una oración así y es que siento le da un toque fuerte o un toque como que en verdad estoy hablando del corazón, pasa que la gente ya no habla del corazón solo hablan de boca a boca y no en el buen sentido ni en el malo tampoco…
Pasa que… Dale otra vez con los puntos suspensivos, que manía más rara no? Me cae mal cuando estás escribiendo en Word, y te subraya todo aquel párrafo tan poético que escribiste, uno queda como: “Y este maje” o: “Y esta maje?” Hoy en día no se sabe, o: “Y esta entidad no binaria?” Fuck… En que momento nos fuimos a la mierda? O solo soy un hetero semi-bi de clase media privilegiada hablando?
Me duele el alma cada vez que cierro los ojos, los entre cierro, me duele el alma cuando llueve así rico, así suave, así fuerte a la vez, me duele el alma, cuando hace sol también, me duele el alma cuando el clima está rico, me duele alma cuando le hago así, pero me duele más cuando le hago así también. Me duele todo entre mi, yo y yo otra vez, me duele, me duele… Duele me, leeud em, no sé, suspiro en este momento, tres puntos suspensivos… Suena mi historia entre tus dedos, de Gianluca justo ahora, vienen a mí recuerdos del 2008, facultad de arquitectura yo en el 4to piso llorando por amores que no fueron, amores que yo me encargué de hacerlos mierda, jaa!!!! Qué llorás ahorita entonces? Creo que lloro esa línea delgada que se hace entre todo lo que he sido, lo que soy, y esa otra línea delgada de yo a través de aquí. Todavía me gusta esa línea entre tu ombligo y tus caderas.

Sabés? Todavía cae aquella gotera que nunca tapamos... 

TARANTULIA EN DOS ACTOS ( Setho/Francotirador)




TARANTULIA EN DOS ACTOS ( Setho/Francotirador)


Acto I: Setho
Capitulo 2: Francotirador

ACTO I

Mido catorce minutos y veintitrés segundos
Tengo una vista de trescientos sesenta y dos grados
Camino raudo si es que voy moribundo
Y acelero,  solo, si estoy lisiado
/Camino entre luces amarillentas y decadentes
Creando sombras, que apaguen el brillo
Con el permiso de los cautos y reverentes
Me quedo el mundo, que al cabo es mío/
Me revienta los oídos, el silencio abundante
Que surgen de la nada, tan oscura y tenebrosa
Y además el sonido trepidante
Del sol secando todo un campo de rosas
Camino por los pies cuando hace frío
Y salto a mi interior, si es que estoy lleno
Cuando esto triste, es que me río
De estos huesos, que en gran saco llevo
Camino gritando secretos, a la nada más absoluta
Y me callo, si me gritan a los ojos
Planifico siempre, estar fuera de una ruta
Y si vuelve, me traigo más despojos
Camino y recuerdo un nombre que como dijo Parra
Lo tengo en la punta de las yemas
Sonrío, si descubro la vida, gran estafa
Y me encanto con sus saltos, y sus penas

Capitulo               II

La mantis viene sonriente viene del hielo
Viene el más
Viene el de allá
El del mapa de espejos
Delirante, taciturno
Del metal mil veces remachado
Doloroso y somnoliento
Desangrándose en la bilis
En el cardo
En la sien de cien
Malhechos hombre
Ventilados y neblinados de sol













Hilos


Desnudo me encontró,
En la intemperie plagado de dudas e inseguridades,
Me brindo calor y ternura,
Al precio de mis valores y humanidades.

Sus dicciones, los hilos que parchan mi tela,
Cubriendo mi piel de adjetivos decadentes,
Vergüenza, estupidez, ineptitud,
Todos convirtiéndose en las mangas de mi camisa.

Me ha vestido para la elegancia
Su mórbido muñeco de trapo
El objeto de su orgullo y logro
La prueba del alcance de sus letras y actitudes.

Podría indignarme ante las burlas,
Protestar sobre todo este abuso,
Aunque para que todo eso suceda, inicialmente

Tendría que tener al menos un respiro de vida.

6:00 AM

Hoy es otro amanecer agradable
En este ciclo infinito adulto
Otras veinte y cuatro horas de trabajo, café y alcohol
Una noche más de sueño rejuvenecedor

Semana tras semana, mes tras mes
Cumpliendo mis roles a certeza cierta
Todo al pie de la letra
Con la máscara más perfecta

Pero las arenas no han sido gentiles
Ya mi piel y musculo lo confirman
De nada sirve abundante energía
Si las bisagras y motores se erosionan

Lo que antes era un salto de la cama
Ahora es una arrastrada bulliciosa
Ralentizándose con cada año nuevo
Cada suspendida de funda más dolorosa que la anterior

La realidad es incapaz de sustentarme
Progresivamente me veo retraído en mi mente
En mis recuerdos gratos y aventuras imaginarias
Momentos de alegría, de besos, y caricias 

Las noches donde sueño con ella son más frecuentes
A diario la visito en su altar, seguidamente
Aquella figura inconclusa, pero agradable
Instancias raras de felicidad que desvanecen con el sol

Mi cama, mi trono en completo esplendor
Me recibe cálidamente cómo es de costumbre
Apago mis luces, mis ojos tranquilamente
Unísonamente me invade ella con su existencia misteriosa

Postrada sobre mí se encuentra
Ángel de mi vida, mi princesa onírica
Cubierta por una falda rajada de trapos
Su apariencia dulce, oscureciéndose de repente

Noto sus manos, sucias y llenas de heridas
Sus dedos cubiertos de tierra, algunos incluso sin uñas
Sus brazos, su piel, sangrando por los poros
Escurriendo pus, lodo e insectos

Paralizado me encuentro, ni un grito me escapa
El velo que le cubre se desvanece
Un rostro macabro con abismos infinitos por ojos
Sus labios secos y partidos, cubiertos de escamas secas

Se acerca a mi rostro con calidez y ternura
Abre su boca y comienza a vomitar, 
Cubriéndome de tierra y lombrices
Mientras sus manos rasgan mis sabanas, mi piel

Tuve mucho tiempo para perderme en la locura
En desear que esto se esfumara con el llegar de mi alarma matutina
Curiosamente, dentro de este momento extraño
Jamás me había sentido tan cómodo.

La Mudanza

Martes, 1 de Noviembre - 7:00 AM 

El horrendo grito desgarrador de mi alarma me despierta con el humor más despreciable que puedo edificar, así es como era de esperarse todas las mañanas. Hoy es otro día donde pienso que quizá usar "El canto de Gallo versión Death Metal" no fue una brillante idea después de todo, lo era en mi juventud adulta pero ya a esta edad decadente mía no es tan emocionante como lo era en aquel entonces cuando asustaba a todos en la casa. Ese chiste claro, ha muerto, como el resto de la gente que habitaban este hogar. Ya este miércoles se marcan diez y cinco años respectivamente desde que las personas con quien compartía residencia dejaron este mundo. El buen Chepe y la dulce María. No eran mis padres, no teníamos sangre que nos uniera, simplemente éramos personas que se conocieron en los caminos del destino y entre los tres trabajábamos duro para mantener una forma de vida digna y tranquila. Era una pareja digna de envidia, como si un cuento de hadas se hubiera personificado. Se conocían completamente, sus peleas duraban cinco minutos a lo más, y a leguas se podía ver que ambos eran una sola carne como dicen esos padres en las iglesias cuando les amarran. Todo era perfecto para ellos salvo el hecho que María nunca pudo tener hijo propio. Un dato que hace entristecer a uno cuando lo sabe, pero respetar a esa unión aún más ya que era un obstáculo enorme que lograron superar, un obstáculo que con mi llegada se volvió oportunidad para ellos. Nunca me lo dijeron verbalmente, pero estoy muy seguro que de una u otra manera yo suplí el rol de hijo para ellos. No ocuparon decirlo, pero siempre me  honrara saber que pude darles un sentimiento de realización para ellos. 

Me acerco a la mesa del comedor, un lugar que anteriormente a esta hora ya tenía un desayuno listo, justo lo que yo ocupaba todos los días para ir en camino al trabajo y tolerarlo sin querer matar a alguien a buenas 8:00 AM. Pero eso ya no importa, no ocupo un desayuno nutritivo si no ocupo tolerar más gente en ese lugar (debo admitir que fue una experiencia tan grandiosa el renunciar). Ahora lo único que hay es un plato sopero vacío y la caja del cereal que he estado desayunando (y cenando honestamente) esta última semana. No es un mal cereal, es de ese típico de maíz inflado pero bañado en leche condensada. Tuve mucha suerte, pensaba que lo habían descontinuado, siguiendo la tradición de cómo la gente no aprecia lo que es verdaderamente bueno y se quedan con todo lo que sabe fatal solo porque no tienen la valentía de expandir sus horizontes (gustativos en este caso, claro está). Mientras me sirvo el cereal no puedo evitar pensar en cómo María ya me estuviera llamando la atención sobre lo que decido dejar que mi estómago digiriera y como probablemente solo comer cereal de maíz con leche condensado me llevaría directamente a un "empacho" horrendo. 

"No te preocupes viejita, no hay nada que una taza de jugo de limón con sal no arregle", dije en voz alta, un tanto melancólica. 


La muerte es algo lleno de misterio. Nadie ha regresado para decir que se siente, si vamos a algún lado como pasan gritando todos los señores de saco en ese canal del cable que siempre me salto porque francamente ni debería de existir. ¿Será que renacemos en otra persona sin recuerdos del pasado? ¿Estaremos en un tipo de vacío, suspendido de la realidad donde todo es un abismo negro? O ¿sólo nos volvemos energía, que están girando alrededor de todo lo demás, como esta última hojuela de maíz está haciendo en mi leche restante? Vaya que las mañanas siempre me ponen en una actitud de duda existencial. Creo que debería de dejar el desvelo, y ese rock progresivo tan "raro" como le decía Chepe. Siempre que pasaba por mi cuarto y escuchaba esos arreglos complicados y tablas de tiempo irregulares solía decirme que eso solo me va a dar pesadillas en la noche y que lentamente me va a volver loco. 
"La verdad no creo Chepe, ya estoy jodido de la cabeza de todos modos", dije en un tono burlan. Esperando que algo me contestara con una rabieta chistosa.
Pero no hay más respuestas, hablo en voz alta sabiendo que nada me va a responder. Lo hago porque esta casa necesita que alguna resonancia humana decore sus paredes de vez en cuando, de lo contrario sería otra cosa que la adornaría, todavía no sé si sería mi sangre o mi mierda y la verdad no quiero invertir tiempo en saber cuál va ser la ganadora en esa encuesta. Siempre entraba en esta realización, todas las mañanas unos minutos después del desayuno. Aferrándome a una idea repetitiva, creyendo que mi voz mágicamente haría que en esta casa hubiera más vida, tuviera más ruido. Parece que mi mente no tiene suficiente con los sueños bizarros que ocurren a diario, aquellos mensajes que no se interpretar (porque la mayoría ni los recuerdo) bajo aquellos paisajes macabros de pestilencia y muerte que solo El Tapir enmascarado me sabe librar, es evidente que también ocupa que haga rituales sin sentido mientras estoy consciente para seguirme torturando. Pero no por mucho más, este es mi penúltimo día en esta casa, y vaya como deseo que las horas pasen más rápido. Fue una decisión difícil pero por fin me armé de valor y la tomé. Aplicar para un trabajo en esa ciudad modelo que apenas va existiendo dentro de San Pedro es algo que a cualquiera lo manda a un estado de re-evaluación acerca si ese es el mejor curso de acción. En mi caso con cada día que expirado se volvía más certero, después de todo no tengo nada que perder ni nada que me ate a este lugar. A esta casa. El reloj me recordaba que ya debía apresurarme, todavía tenía unos cabos sueltos que amarrar antes de partir de aquí por completo, mañana era el día de los muertos y al menos los viejitos merecían su respectivo arreglo de flores. 


Martes, 1 de Noviembre - 10:00 AM 


Girasoles rodeados de una mezcla de rosas blancas y rojas con sutiles detalles de esas florecillas blancas en el fondo con grandes hojas verdes abrazando todo por fuera. Un buen arreglo para María. Chepe siempre en su temple machista inexorable nunca supo expresar si tan siquiera quisiera tener flores en su tumba (y no lo culpo, no veo ese tema salir a relucir en una conversación de "machos") pero de igual manera para el tengo un arreglo de tulipanes azules y negros con unas filas de orquídeas blancas decorando el fondo. Espero que no se marchiten estas flores. Lo más sensato hubiera sido comprarlas justo en el día pero en mi experiencia sé que se volvería imposible conseguir un arreglo en poco tiempo mañana, solo me asegurare de rociarles un poco de agua en la noche para que tengan una buena forma. 
El tiempo se me hace escaso, debo asegurarme de tener el camión de mudanza listo y reservado para mañana en la tarde que emprenda este nuevo capítulo de mi vida en la ciudad modelo. Como si fuese telepático, el encargado de los camiones me contesta al primer timbre y me deja saber que todo está listo. El alivio exhala de mi boca al sentir que cada acción mínima que completo en este día me acerca más a la libertad que necesito, a esto que desconozco pero que a la vez me da más esperanza que quedarme aquí y ver como mi espíritu se vuelve como esos mangos que me compraba María y que nunca me comía, olvidado y podrido. 

Martes, 1 de Noviembre - 11:50 AM 

Mi estómago ruge violentamente. No parece un órgano, más bien tiene aires a un espacio cavernoso donde una piedra se perdería y nunca confirmaría que toca fondo. Envuelto en un dilema poderoso entre pereza y hambre, la comodidad de mi cama estaba corriendo una fuerte competencia contra mi estómago. Cierro mis ojos, tal vez dentro de unas horas mi hambre ha desaparecido y puedo pensar en cosas más relevantes o terminar de prepararme para la mudanza.
"¿Estás seguro que te querés ir?", pregunto la máscara del tapir. 
"Claro que si, aquí no hay nada más que tristeza", le respondí rápidamente.
"No tendría problemas con esa decisión, pero al lugar que decidiste meterte no me da buena espina", dijo el tapir. 
"Y ¿qué opinión tiene una cosa con mascara de tapir al respecto? Ni sos real para que me podas juzgar", respondí a entre dientes. 
El cuerpo detrás de la máscara empezó a crecer de manera desmesurada a tal manera que una gran sombra me cubría a mí y unos buenos veinte metros a mí alrededor. La capa que cubría el cuerpo se abrió por completo mostrándome aquel cuerpo que era lejos de lo que pensaba ser. No era algo anatómicamente correcto, o algo físicamente posible para esa gracia. 
Un sinnúmero de ojos empezaron a aparecer, todos viéndome, fijándose en mí con gran ira, confusión, pesar, y tristeza. El estruendo de mil voces me golpearon por completo, todas hablando en tonos distintos a la vez:
"¡Maldito ingenuo! ¡Que no entendes! ¡Yo he vivido siglos!, ¡he visto cosas tanto en este plano como en el plano vulgar en el que te desenvolves vos y esto que viene a esta ciudad, esa "ciudad modelo" es algo que va retar la mera esencia de la cordura colectiva de todos ustedes! Yo ya tengo mis manos atadas con mis propios problemas, con mis propias pesadillas y las de toda esta ciudad. No habrá nadie que pueda salvar a todos los que entren a esa zona.",  La capa se cerró y el cuerpo disminuyo en tamaño a tal punto que solo la máscara quedaba en el suelo.
"Ustedes no entienden todavía el poder de las emociones, ya se les ha olvidado todo lo que ahora catalogan como mágico o que solo creen existir en obras de ficción. Pero están por ver los alcances de la putrefacción humana, vos especialmente estas por probar lo que tus ojos cegados nunca van a poder apreciar hasta que sea demasiado tarde", expulso la máscara de sus grietas. Con ese último discurso la máscara del tapir se comenzó a quebrar hasta volverse polvo. La tierra debajo de mi inició a rajarse y caía rápidamente a lo que asemejaba una fosa de lava. 

Martes, 1 de Noviembre 5:00 PM

Desperté de un brinco, cubierto de sudor. Vaya sueño el que acababa de tener, o ¿habrá sido una pesadilla? Honestamente en estos momentos eso es de poca importancia. Ese tapir solo hecho más gasolina al fuego de mis ansias, mi deseo por irme ya de esta casa. Hay que ver lo positivo al menos de esto, esta trifulca onírica me ha hecho olvidar del hambre que tenía o al menos eso agradecí por unos segundos hasta que mi nariz percibió un olor que volvió a activar en mí el demonio voraz estomacal. ¿Será que deje algo en el horno o la estufa? ¿Mi nariz se habrá agudizado y estoy percibiendo olores de otra casa? Sería mejor confirmar esto y me dirigí rápidamente hacia el área del comedor. Con cada paso que daba hacia la mesa el olor se volvía más intenso, ya esta curiosidad se convertía en ansiedad, ¿Qué estará pasando? ¿Me habré vuelto loco? Llegue al fin a la mesa y lo que había ahí entro al mundo de lo inexplicable cuando mis ojos me dictaban el hecho de que en aquella mesa yacía un plato de comida, recién hecha. Un plato suculento de pollo guisado, arroz blanco, frijoles negros y tres tortillas de maíz. La pechuga de pollo, mi parte favorita, tenía el semblante de un manjar glorioso de los cuales los bardos de tiempos antiguos harían canciones en su gloria. El hambre sireniza cualquier comida, definitivamente. Aligere mis pasos hacia la mesa y me acomode en la silla. El olor a esta distancia me enloquecía, quería entrar con furia a ese plato, destruir aquel orden hermoso con mis manos desnudas y saciar mi hambre, pero el vapor que emanaba de la carne me sugería usar utensilios, como el ser humano civilizado que debería de ser. 
A mi incómoda sorpresa este almuerzo divino no contaba con tenedor o cuchillo. Me levante rápidamente y con el mismo ímpetu me camino hacia la cocina. En algún lugar de este desorden tiene que haber algún tenedor!

Abro unas gavetas, pero nada más que unas galletas de soda de hace un año aparecieron. Revise en unos estantes sin ningún éxito, toda esta energía para evitar hacer las de antropólogo en el lavabo lleno de platos sucios y mugroso. La desesperación se aferra de mí, ya el hambre me quiere llevar a la locura y me rindo a mi necedad y decido ir a escarbar el montículo de los platos. Invertí unos buenos cinco minutos en aquella estructura asquerosa y llena de mugre, toque cosas que no creo que eran de origen animal también, pude apreciar la eternidad de las papas fritas que estaban ahí de aquel lugar conocido de hamburguesas, como algunas salsas nunca se arruinan al estar pegadas a un plato, tuve momentos de reflexión y hasta pude apreciar la belleza de aquello nefasto pero lo que nunca encontré fue ¡un maldito tenedor! , ¡ni siquiera una puta cuchara! De igual manera ya para este tiempo la comida ha de estar tolerable, bien puedo distribuir toda esa comida entre las tortillas y comer tranquilamente. 
Vuelvo a la mesa, y agarro una tortilla, listo para acatar mi plan. Nuevamente el asombro me invade al ver que a la par del plato ¡hay un tenedor y cuchillo, relucientemente limpios! A estos instantes los llame dudosos, no estaba seguro si estaba despierto todavía o si el hambre por fin me había sacado de mi razón. El estómago solo me dio unos segundos para ponderarlo, procedí a saciar mi necesidad voraz con aquella delicia de almuerzo frente a mí. Cada mordida era una explosión de sabor increíble. Saber que aquella hambre que parecía nunca desaparecer estaba esfumándose era algo muy agradable también. Terminando mi alimento limpie los utensilios con mi lengua, no podía dejar cualquier sabor abandonado, incluso pase mi lengua como trapo por el plato, tan satisfactorio. Bueno, era hora de ir a dejar ese plato a aquel monumento en la cocina, quizá debía de lavarlos, igualmente ya pronto me iría de esa casa y esa tarea no tenía forma de evitarse. Recogí los platos y volví a la cocina, di un paso adentro solo para ver una fila larga de tenedores y cuchillos suspendidos en el aire, apuntando a mí. 

No tuve tiempo de reaccionar, solo me quedaba procesar la sensación de mil metales penetrar mi piel simultáneamente. Era un dolor intenso y punzante. Mis rodillas tocan el piso que rápidamente se ve bañado en sangre. Mis manos titubeantes se aferran de un cuchillo en mi frente y otro en mi pecho. Suelto un grito de agonía al removerme estos objetos y caer por completo en el suelo. El frio del mismo siendo tan reconfortante y pacífico, solo ocupo descansar un poco los ojos y dormir, si, dormir.


Martes, 1 de Noviembre 0005:000PM

Un grito ahogado escapa de mi garganta y me veo erguido de mi cama inmediatamente, cubierto de sudor. "¿Qué acaba de suceder?" , me dije a mi mismo en un susurro alterado. Pasé mis manos por todo mi cuerpo como si quisiera revisar si la fileteada que acababa de sufrir fuese algo certero, para mi alivio y aumentar mi confusión, mí cuerpo estaba intacto. Vaya suceso, un sueño dentro de un sueño. Que momentos estos en los que tengo estas experiencias definitivamente. Me tome unos minutos sentado en mi cama, respirando profundamente, tratando de  recuperar mi cordura hasta que un olor familiar volvió a invadir mis fosas nasales. 

"No puede ser..." solté suavemente.

Abrí la puerta de mi cuarto lentamente, entre más iba viendo la sala mis ojos casi saltan de mi cráneo. En una mesa había un plato cubierto por una campana plástica. Como si se me hubiera dejado una cena lista para cuando despertara. Me acerque al plato a paso contado, con mucho sigilo y ansiedad abrumadora. Cada gota de sudor que rodaba por mi frente era un testamento cuantificable de como la sanidad mental escapaba de mis poros. Cada paso me hundía más en la desesperación. El sonido de mis zapatos golpeteando el suelo eran estruendos eternos, como si la tormenta perfecta se acercara con promesas de arrasar todo lo que no es de origen natural de raíz. Mi mano era un terremoto aislado con intensidad incremental a medida se acercaba a destapar ese plato. Nunca un tiempo de comida prometía darme un infarto antes de comerlo, hasta ahora. Escurrí una última gota de valor y destape la campana para ser abrazado con incomprensión, y un par de tentáculos, los cuales se pegaban a mí como pulgas a un perro desnutrido. 
No había sonido que yo emitiese, estaba paralizado en medio de tanta confusión y momentos surreales, solo sentía la asfixia de tener un par de tentáculos alrededor de mí cuerpo. Tenían tremenda fuerza lo pude comprobar al sentir cómo me sacudía con ligera facilidad. Lo confirme nuevamente al sentir el viento rozar mi cara al ser lanzado virilmente hacia la puerta de entrada. El golpe era inminente, el color blanco de la puerta cada vez más presente. Solo me resta cerrar los ojos y esperar el impacto. Diez segundos incómodos expiraron mientras yo esperaba recibir un impacto, lentamente comencé a notar que ya no había viento tocando mi cara, no estaba volando por la casa. Estaba parado, frente a la puerta de mi cuarto otra vez. No podía soportarlo más, ocupaba salir de aquí, nada de esto guardaba sentido o lógica para ese caso. Corrí desenfrenadamente hacia la ventana. La abrí casi de golpe y prácticamente me tire del umbral violentamente. Un leve dolor recorrió mi cuerpo confirmando que impacte el suelo, me levante y sacudí para notar que estaba en la cocina. 
Definitivamente seguía soñando pero en contraste de lo que parecía ser un sueño eterno mi paciencia se desgastaba con cada segundo que transcurría. Inspeccioné  a una de las gavetas en la cocina y saqué el cuchillo más grande que encontré para enterrarlo directamente en el pecho, en mi mente tal vez así me despertaba de una vez por todas. Como era de esperarse idea surtió efecto. Estaba nuevamente en la cama, tragando aire desesperadamente bañado en mi propia transpiración. Abrí la puerta lo más rápido que pude, para notar que la perilla simplemente se estiraba cuando la halaba mientras la puerta se mantenía cerrada. Intente abrir la ventana nuevamente pero parecía estar sellada para siempre. 
De repente notaba como el cuarto se iba encogiendo cada vez más, las paredes acercándose a mí lentamente, pero, con definitiva promesa mortal. Arañé las paredes hasta quedarme sin uñas, hasta bañarlas en sangre pero nada las hacia detenerse. Cada vez más compacto, podía sentir como mis huesos se pulverizaban y dañaban mi cuerpo internamente. Que forma de morir tan horrible, o al menos eso hubiese deseado. 



Martes, 1 de Noviembre 010101:00001 PM

He perdido la cuenta. Cada vez el dolor y la angustia se hacen menos aparentes. Ya sé en que momento exacto se mueven las paredes, ya sea en que momento exacto muero. Solo para despertarme nuevamente. Para quererme olvidar de algún momento pensar en irme de esta casa y evitar que esta me siga castigando.

Capitán Ironía


Capitán Ironía

Fabulador de ademanes a medio 
desabotonar, suele involucrarse en líos 
bronceados, pero solo por cortesía.
Considera la insensatez como 
la mayor de sus virtudes.

Bebedor de salvajismo;
la memoria del que se asume vencido
siempre será más impiadosa que celestial.

Allá va el Capitán Ironía,
licuando el asombro del 
barrio con su aire desdichado.
Su rostro enfermizo balancea
su oscuro fastidio.

El sol de los triunfos ajenos siempre
fue demasiado radiante para que 
pudiera mirarlo a los ojos.
Su piel es un alambre atravesando la
tarde entre bramidos de soledad.

Víctima de algunos momentos rescatables,
que alentaron una cierta ofuscación
sobre los inexistentes finales felices.

Allá va el Capitán Ironía,
con una impaciencia de nudillos
gruesos. Propietario de una declaración 
incinerada, a la que nunca 
dejó de echar de menos. 

Azotado por lo irremediable, el
insomnio le sonríe con los
labios apretados. La presentación oficial 
con los remordimientos siempre incluye 
un tarascón de por medio.

Por fin se queda dormido sobre una
retahíla de protestas taciturnas,
para entablar un soliloquio con sus pesadillas.

Allá va el Capitán Ironía,
con el abatimiento de los que
vienen de un rito de iniciación frustrado.
Con un viento huracanado entre las manos
pinta los barrotes de su propia jaula.


Hace un par de horas me enteré que
el Capitán quiso ascender a Comandante,
pretendiendo transformar en moretones las ojeras
de cinco caballeros muy bien adiestrados en el 
poco elegante oficio de moler al prójimo a palos.

Poco y nada me extrañó, porque 
desde que dejó de ser Teniente, 
al Capitán siempre le gustó ponerle
leche descremada a la cicuta, y dictar 
su propio epitafio con fuegos artificiales. 

Allá está el Capitán Ironía, 
en cautiverio en una cama 
de hospital, con un par de
costillas quebradas y una
lesión en el orgullo y el pulmón.

Con tres dientes menos y el rostro indigno
de alguien de su rango, lanza hacia la lluvia 
que golpea la mísera ventana de esa habitación 
una advertencia amortiguada: Tan pronto como se 
recupere todos los diarios de este país pondrán 
en los titulares su nombre, apellido y las 
condecoraciones que ganó jugándose la 
reputación en las leoninas calles de la vida.


© Mariano Torrent 2016

El Café


Tomó su taza de café y la pasó ligeramente debajo de su nariz, queriendo capturar el aroma de los granos que se utilizaron. Le dio un ligero sorbo a su taza, la temperatura era aceptable, no óptima, pero tampoco ofendía. Puso su café en la mesa de madera blanca frente a él y dijo,

- Para ser mierda barata no sabe a lo que pague por ella. Estos lugares a los que me traes sinceramente no tienen idea de cómo preparar lo que venden.

Frente a él estaba su amigo, compañero de trabajo, Héctor. Vestía unos zapatos de cuero negros lustrados a perfección, juzgando por el brillo podría decirse que fue hace no más de un día. Su pantalón negro era de tela con un planchado inmaculado, casi perfecto que hacia juego increíble con su camisa azul de solo fondo siendo decorada sutilmente por un pañuelo negro con diseños geométricos finos en su bolsa izquierda de la misma. Traía consigo una corbata de seda negra, pero esta la dejo en su automóvil ya que en sus palabras "Le recuerda al trabajo y no quiere estarse asfixiando una vez fuera de él". Era un hombre sofisticado a primera vista con ropa y pelo presentable, demasiado presentable, a un punto de exceder cualquier expectativa o norma. Al terminar de escuchar el reproche amargo Héctor respondió con una mirada de placer casi maquiavélico,

- De haber sabido que ibas a salir con una lengua fina hoy hubiera propuesto un lugar de más calidad, pero no creía sabio ir a esa aventura si implicaba gastar tanto dinero en un simple café. Además, dijiste que solo querías hablar de algo rápido después de salir del trabajo no veo chiste en hacer tanto protocolo si vamos a estar un periodo corto en X lugar.

- Tenés razón, respondió el mientras revisaba la hora en su teléfono celular. - Pero no le heches la culpa a mi agenda por tu tacañez. Ese codo tuyo brilla de lo liso que es, grandísimo agarrado. Guardo su teléfono en su bolsillo del pantalón izquierdo mientras contemplaba su taza nuevamente. Quería darle un sorbo más pero sentía que luego iba a lamentarlo tanto su gusto como su nariz cuando tuviera que orinar ese café y el hedor le recuerde lo fatal que fue esta experiencia gustativa. Sus ojos lentamente se enfocaron en Héctor y con esto comenzó nuevamente a hablar,

- Te traje aquí porque tengo una serie de preguntas que hacer, de antemano pido disculpas por hablar del trabajo a estas horas y no es mi intención ahogarte más.

- Vaya que considerado, respondió Héctor. - No te preocupes, porque sos vos voy a dejar que hagas esto.

- Gracias, respondió de manera simple, - Bien, sé que hace dos meses fuiste promovido en la división de almacenamiento. Sé que fueron dos meses porque no recuerdo haber tenido una resaca tan horrible como esa vez que lo celebramos. Como has de saber tu puesto es muy delicado ya que llevas control total de lo que entra y sale del área de mantenimiento, algo que en una compañía tan enorme para la que vos y yo trabajamos no es algo sencillo.

- Decímelo a mí, las primeras dos semanas solo dormía 4 horas al día, casi me muero. Comento Héctor.

- Si me imagino que fue algo difícil, en fin, traigo esto a luz porque hemos notado ciertas  irregularidades en tu departamento y queremos hablar sobre eso, agrego él.
El ambiente se había tornado tenso, y la plática se vio interrumpida por uno de los empleados del café que llego a servir una taza de té a Héctor. Parecía ser un té verde, levemente caliente y de un color muy vivido. Junto a la taza de té se le dieron dos sobres de azúcar, tres servilletas y una cuchara pequeña de acero inoxidable.

- Se me había olvidado que pedí eso para vos Héctor, dicen que él te ayuda a la gente a relajarse y pues esta platica se va a prestar a que te de algo de estrés, te aconsejo que le heches los dos sobres de azúcar ya que él té verde no es muy agradable así simple. A menos que comas limones como si fuera dulce de leche.

Héctor tenía una mirada seria como si estuviera juzgando a su amigo por hacer acusaciones falsas. Tomo los sobres de azúcar, los agito virilmente y los vertió en la taza. Revolvió la taza cinco segundos hacia la izquierda y cinco segundos a la derecha. En su mente siempre ha considerado que era la manera más óptima de disolver el azúcar en sus bebidas.

- Veras, estos últimos días hemos descubierto que ciertas cosas no llegan a su destino, y eso es muy alarmante. En cualquier organización cuando se sospecha de un caso de robo o fraude es algo serio, generalmente porque se pierde dinero, materia prima, ya sabes cosas esenciales. Pero en el caso de nuestra organización las cosas que se han estado "extraviando" son de una magnitud considerable, son bienes que, pues, no son tan fácilmente remplazables.

Héctor levanto la taza blanca, soplo levemente en ella y tomo un leve sorbo. Su cara se arrugo un poco, demostrando que el sabor de aquella bebida no era el más óptimo. También podían notarse unas leves señales de sudor brotando de su frente. Su mandíbula presionando levemente sus dientes.

- Al momento de promoverte Héctor, se hizo porque considerábamos que eras el prototipo de colaborador necesario para solo hacer el trabajo eficientemente y no cuestionar lo que pasaba por los reportes, que no iba a andar husmeando o buscando objetivos egoístas que irían a perjudicar a la organización, una carcajada lo interrumpe, - Vaya que equivocados estábamos! ¡Vaya que si quede como imbécil al haberte recomendado! ¡Que pasa Héctor! ¿Porque no decís nada? ¿Es que creías que no nos íbamos a dar cuenta?

Héctor bebió de su te nuevamente. Su ceño fruncido, ojos de ira enfocados a aquel hombre que tenía enfrente con sus manos entrelazadas y piernas cruzadas, con aquella postura que demostraba paciencia y al mismo tiempo le estaba retando.

- ¿Y qué putas me querés decir con eso?

Las manos de Héctor sonaron la mesa con gran fuerza, ambas tazas de líquido derramadas sobre ella, dejando caer leves gotas que definitivamente estropearían la alfombra debajo de la misma. Una alfombra muy bonita por cierto, con pinta de costar mucho.

- Pues, lo que te quiero decir, aparte que vos vas a pagar por esa alfombra por andar de loco es que tenemos razones fuertes de creer que vos sos el que esta detrás de estos movimientos irregulares en la organización. ¿Qué putas quiero decir te atreves a gritarme? El rol de actor no te va muy bien amigo. Tu cara y todos tus movimientos me dan a entender que estas más incómodo y mentiroso que ofendido. Te falta escuela si querés mentirme a mí de esa manera tan ligera. Te excediste Héctor, ¡probaste el maíz del granero del granjero, vos simple rata, y quedaste adicto a él! ¿Acaso esperabas que no se pasara por alto como de la nada tu ropa, tus accesorios, tu carro, las nuevas rejas ornamentales de titanio bañadas en oro de tus ventanas que también las cambiaste por ventanas a prueba de balas lo miráramos como que solo estabas cambiando tu estilo de vida?

El semblante de Héctor, casi rojo de la furia impuesta por instinto agresivo para tratar de disuadir a su ahora enemigo tomo una tonalidad más pálida. El sudor antes acumulado en su frente comenzó a correr, dejando un rastro gélido por su cara, sus pelos en los brazos erizados, el aire alrededor de él cada segundo más frio. Jamás se había sentido tan descubierto, vulnerable, desnudo. Su respuesta solamente unos parpadeos perplejos los cuales fueron la señal para que el continuara.

- Te odio sabes, y la verdad es que lo aprecio. Dicen que del amor al odio solo hay un paso de diferencia, que es una línea bien delicada. Puedo decir que es cierto, es más te puedo comentar que elemento es el que lleva a que ese dicho sea tan real. Es la obsesión. Veras Héctor, cuando descubrimos que había una rata a mí se me dio la tarea de investigar a todos los sospechosos. Para investigar a alguien primero hay que conocerle, hablarle, saber que le motiva, que le gusta, que odia, es obsesionarse por esa persona a niveles patológicos. Es saber su rutina diaria, es llegar hasta calcular cada cuanto inhala oxígeno para que respiren ambos al mismo tiempo. Pero no confundas esto que te estoy diciendo, no siempre te odie, antes eras un colaborador con el que tenía que fraternizar por obligaciones a las que firme en mi contrato, nada más. Mi odio hacia vos es más "profesional" que otra cosa, es lo necesario para que pueda cumplir con mi labor. Debo decir que no sos una persona tan aburrida "Jectorr" como te dice tu familia. Nunca te pudiste zafar ese apodo de niño cuando todavía no podías hablar bien, fue bien chistosa la historia de cómo surgió ese nombrecito tuyo, por cierto tu mamá hace buen café, no como esta mierda que venden aquí.
Héctor dio señales de querer decir algo al escuchar la mención de su madre, pero antes que pudiera emitir palabra fue interrumpido,

- No te pongas ansioso amigo, tu mamá no sabe que estas siendo objeto de investigación, bueno, que sos culpable de ser ratero. Ni tu papá, ni tus dos hermanos, aunque igual hace más de cinco años no hablas con ellos desde que ambos se fueron del país y vos ni te dignaste en hablar con ellos solo porque te deben dinero o alguna estupidez de ese tipo. Tampoco le dije nada a tus exnovias ni a esas dos compañeras de trabajo que te estas fornicando semana de por medio. Te tengo que admitir que fue difícil no tirarme una carcajada cuando una de ellas me conto de tu "accidente" en la cama, "Míster flácido". No le pongas mente a eso, aunque te odie tampoco estoy buscando destruir tu imagen con todos tus círculos sociales, por mas efímeros o cercanos que sean. No tengo necesidad de nada de eso, como también agradezco que ya puedo dejar de levantarme a las 4:00AM para ver tus patéticos intentos de caminata o trote o lo que queras decirle a ese ejercicio inservible que haces tan temprano. Toda esa ropa deportiva carísima para que ni un Kilómetro podas hacer de trayecto, mala inversión de mí tiempo. Ni digamos como compras esa cantidad de comida que solo guardas en tu refrigerador y que al cabo de la semana terminas tirando porque nunca la cocinas, ¡para nada tenés estufa! Ya de nada te sirve poner esa cara, se todos tus movimientos, sé a qué hora haces todos, se hasta que hora vas a pegar tus cagadas millonarias después de que te hartas ese sushi de mala calidad y estafador del negocio de la esquina. Claro, no solo tu vida personal en particular la tengo registrada, yo sé a qué horas mandabas las cajas que querías hacer perdidizas, igualmente sé que programa usaste para enmascarar los movimientos en los reportes, porque de paso el dinero si te hizo idiota en todos los niveles que hasta una simple cámara no pudiste notar cuando hacías todo eso. Maldito pendejo.

- ¡Sos un hijo de puta! grito Héctor. - ¿Qué clase de locura es esta? Me vas a decir a que vos te pagan por andar de Sherlock Holmes? ¡Ja! ¡Menuda estupidez! Además, ¿con que seguridad podes decir que estas acusaciones son factibles? Vos estas buscando que del miedo te diga que sí, estás buscando incriminarme! Pero bueno, vamos a ver que tienen que decir los de relaciones laborales acerca de esto, agrego mientras sacaba su celular para hacer la llamada.

- ¿Para que vas a llamar?, le dijo de manera retadora. - ¡Si Fernando y Enrique me dijeron que vos eras el último paso en la movida que se tenían!

 El teléfono de Héctor se cayó al suelo después de escuchar eso. Como un ratón atrapado en el ciclo mortal del juego del gato, no había salida, solo restaba seguir escuchando las palabras de su verdugo. Las verdades que se deslizaban de su lengua como alfileres cada vez más enterrándose más profundamente en su pecho.

- Veras "Jectorr”, a nuestro jefe granjero no le agrada que se metan a su granero a comerse sus cultivos. No supiste conformarte con las migajas que te tocaban digerir como la rata que sos. Aclaro que son buenas migajas, ¡el setenta por ciento de la población laboral de la organización hubiera matado por ese trabajo! Y vos solo supiste hundirte en avaricia y causar daños casi irreparables hacia nosotros, ¿o qué?, ¿En serio estabas bajo la suposición de que se iba a ignorar el hecho que le vendiste Un gorila altamente inteligente al zoológico de la ciudad modelo? ¡Que para rematar mandaste en combo con los leones alterados! Todos los altos mandos están con la esperanza que no haya un desastre en ese zoológico, ¡y lo haces en el peor de los momentos! ¡En el momento que perdemos contacto con el Laboratorio Zeta! Las unidades Hound son bien caras, ¿sabes? ¡Pero claro que no sabes! Porque vos de rata no tenés que estar al tanto de esas cosas, ¡solo tenías que hacer tu puto trabajo! Ni voy a mencionar las partes de reemplazo para los soldados "Basset" que también "perdiste", y hay muchas más cosas pero no estamos para detallar eso. Solo quiero que me digas porque lo hiciste, ¿porque accediste a este trato tan estúpido con aquellos dos idiotas? Te odio mucho Héctor, unos diez gramos más de lo que odie a Fernando y a Enrique, sus vidas no eran tan interesantes. Por eso con ellos no me tome el tiempo antes de "Despedirlos".

Héctor se paró inmediatamente de la mesa. Tenía un gran ciclón de emociones y pensamientos corriendo violentamente dentro de él. Él sabía que no era un simple despido, llevaba semanas queriendo contactarse con ellos, hacía ya días no aparecían en el trabajo. El quería correr, eso quería hacer su cuerpo, pero el yacía inerte como una estatua de marfil.

- Después de todo lo que te he dicho, tu cerebro ha de ser capaz de asumir que esos amiguitos tuyos están bien muertos y enterrados. Nadie sabe obviamente, lo bueno de mi trabajo es que puedo hacerlo sin preocupación de llamar mucho la atención de entes que harían esto más difícil. Quiero que sepas, La única forma de colmar mi odio hacia mis "objetivos" es matándolos, igualmente es el destino que le espera a todo aquel que decida cruzarse con la organización. Estabas bien como un ser colaborador ciego, no como el roedor imbécil en el que te decidiste convertir. Se levantó de la mesa tranquilamente, arreglo su taza y tomo sus servilletas para usarlas para que absorbieran lo que quedaba de café derramado sobre la mesa. Se ajustó su ropa para quitarle las arrugas hechas por haberse sentado y reviso el tiempo en su celular. Al poner el celular en su bolsillo, Héctor comenzó a ponerse las manos en su pecho, su boca tratando de tragar aire desesperadamente. Fuertemente cae de rodillas, todavía tratando de obtener algo de oxígeno para su cuerpo y fallando en cada intento. Colapsado finalmente sobre el suelo viendo el techo blanco de aquel local se acerca la visión de la cara de aquel que algún momento fue su amigo el cual alcanza por un pañuelo con un bordado de calaveras en su bolsa trasera el cual fue cayendo lentamente sobre su cara.


-Límpiate la espuma de la boca Héctor no seas tan chancho, suficiente desorden tienen aquí los agentes con limpiar la alfombra y desechar tu cuerpo...