Esa era la segunda vez que platicaba con él en persona, luego de mandarnos mails durante dos años. Me invitó a ir a un lugar solos los dos y yo le iba a decir que por quién me tomaba, pero me dio pena que pensara que era una mocha y le dije que sí.
Toda la tarde se la pasó viendo el futbol y tomándose las cervezas que pensé eran para desvanecer los miedos y suavizar el trámite; yo le iba a reclamar que si para eso me había invitado, pero me dio pena que pensara que era una urgida y mejor esperé.
Lo malo de lo que siguió no fue que hubiera funeral en lugar de entierro, como luego dicen, sino que él se acabó la noche tratando de revivir a su muerto nombrando a Pamela Anderson en lugar de comenzar de cero; yo le iba a ayudar, pero lo vi muy entretenido con sus imágenes y mejor me hice la dormida mientras pensaba en Johnny Deep. Al fin las películas porno y los masajitos dieron su resultado y de pronto lo vi preparándose por tercera vez.
“Ahora sí” me dijo, como si esas fueran sus palabras mágicas. Yo le iba a decir que ni madres, que ahora yo era la que estaba más fría que nada, pero me dio lástima por todo el esfuerzo que había hecho y no me quedó más remedio que cooperar.
Hace dos días me lo encontré de nuevo y con gran emoción, no sé por qué, recordó la noche de nuestro “encuentro”, y me invitó a repetirlo. Yo le iba a decir que sí, para que no pensara que me había hecho sentir mal, pero me dio mucho coraje ver que ni siquiera sentía un poquito de arrepentimiento, y mejor lo mandé a la chingada.
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4 comentarios:
jajaja buenísimo.
Flora, no es necesario decirte que este es uno de mis favoritos de tu libro "Por si la luna" (notese la publicidad jajajaja) Me encanta, y mas cuando lo lees tu!!!
gracias chicas por la lectura! y esas palabras Abi! jejeje
muy bueno, interesante la forma del relato (anécdota jaja)... gracias por compartir... saludos!
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