Como por arte de magia el nerviosismo se esfumo en ese primer encuentro, el simple roce de su piel basto para calmar el sudor y el temblor que ya sentía como parte de si desde dos días antes.
Se encontraban dentro de un bar, o al menos eso parecía, mucho ruido, risas, vino, un poco de frío...
No podía dejar de verlo, tratando de memorizar cada linea de su rostro ovalado, moreno, sus cejas negras pobladas, el la abundante mata de cabello negro y brillante como la noche y la luna.
Observaba sus labios, delgados, finos, pintados de morado por la cantidad de besos y mordidas que unas cuantas horas antes le había entregado, solo atinaba a sonreír.
Dos horas después (aproximadamente) relajados se encontraban dentro de la habitación del hotel, relajados y expectantes, hablando sin hablar...conociendo de a poco cada rincón de sus cuerpos con la mirada...
Comenzó el recorrido, el uso de las manos y los labios, probando el dulce sabor de la piel por vez primera, memorizando lunares, trazando nuevas lineas, besando cicatrices. Logrando la unión mas perfecta que dos seres puedan probar o tener alguna vez en su vida. Perdiendo la pena, tallando la perfecta imperfección de sus cuerpos...
Las largas horas de viaje, el nerviosismo y la espera mella en ella y se durmió, exhausta a su lado...el, no pego ojo en toda la noche..pensando en lo que vendría....
5 comentarios:
No recordaba que no habia podido dormir. Tienes buena memoria. Bss loqui
Creo que desde que me conociste no has podido dormir jejejeje
"Perdiendo la pena, tallando la perfecta imperfección de sus cuerpos..."
Me encantó todo, pero esa línea que destaco... Pues... Abita, me gusta leerte!!!
Muchos besos!!!
bel
Excelente Abi!
ya quiero leer esa tercera parte...!!!
Muy buena =) =)
Judith Cast.
Hn
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