Solo por eso


Solo por eso

Yo me enamoré de sus ojos claros, en la tarde opaca de un ayer sin mundo,
por mucho tiempo no he podido vivir sin la lluvia de su piel anestesiando
mi tristeza, que en forma de rompecabezas se burlaba de mí y de lo inmundo
que era despertar cada mañana sin señales positivas hasta que todo fue cambiando.

Y fue ella la gran responsable, aunque les duela, y entendí que el amor
no es gratis, que cobra un sueldo de besos y sueños, que llora por el licor
de los borrachos que miran vaciarse la luna sin llegar a cobrar el favor
que le debemos tantos eclipsados, y que el refresco del olvido deja un mal sabor.

Y ese gusto tan horrible de durísima digestión entra por la misma boca
que besaba las historias de mil ranchos convertidos en palacios de sentidos;
esa sensación de malestar en todo el cuerpo y que hace al corazón de roca
no se marcha en forma de saliva sino que pasa el tiempo y aún no se ha ido.

Hoy me cuesta sostener una mirada, como podrán ver, la vergüenza habla por mí,
tartamudeo y hablo en blanco y negro, me despierto porque Morfeo no me acepta,
el cielo son nubes del color de lo imposible, la vida un papiro senil,
los días un caballo que relincha porque teme a tantas víboras que reptan.
Hoy soy la tinta de la nada, un semental del mar de la madrugada enferma,
el botón del saco del jamás, la corbata arrugada por resacas sin retinas,
hoy poso desde el fondo del pozo donde rozo el esbozo que justifica mi merma
temporal, testificando que se hunde la sal en la cicatriz que arroja la rutina.

Conservaría mi dignidad si la tuviera, que lástima no poder legarla en mi testamento,
será poco lo que pueda dejar más que mis huellas digitales en el culo de la derrota,
pero que puedo hacer, de tanto vivir con ella acepté tras pensarlo su ofrecimiento,
y ambos en nuestra necesidad nos saboreamos y enumeramos al sudor gota por gota.

Yo le guiñé los sueños, quizá sea un pecado pero entonces condénenme cuanto quieran
que no me arrepiento, bajen ya el telón de ésta farsa de circo escaso de payasos,
por qué no habrá veda de idiotas alguna vez así tantos quedarían afuera
y sin tantas gansadas de momias en llamas más rápido se cerrarían los casos.

Mi lunes fue su martes 13, mi miércoles de ceniza me advirtió el final del carnaval,
el jueves fue nuestra última cena, el viernes me crucificaron los mismos
que antes me escuchaban predicar, el sábado fui puesto en la tumba de lo banal,
y el Domingo esperé sin suerte, pero en vez de resucitar echaron más tierra al abismo.

Hoy soy aquello que mancha los adornos, las estrellas no salen por no verme
tiritando en el frío de una estufa que se duerme, de unas frazadas devotas
de huir en lugar de contenerme, hoy me niego a morir, hoy me queda aborrecerme,
hoy se que éste renglón no aporta para la jubilación de las malas notas.
Hoy he puesto a la felicidad en una caja fuerte ¡De la que olvidé la contraseña!,
el horóscopo saltea mi signo, el curandero se ríe si solicito sus servicios,
y lo peor entre todas las peores es que los pesares hace rato que son pandemia
y empiezo a convencerme que sufrir es la causa de respirar o que es simplemente un vicio.

Por eso, y solo por eso, señores abogados, terminemos cuanto antes el litigio,
que no soy un inmueble que va de acá para allá, dividamos lo que es de ella
y lo mío para experimentar la soledad que es parte fundamental de mi ligio,
iré a llenar solo con lágrimas los dos litros que contenía esa botella.
Y apurénse, en serio, que me empiezo a preguntar a que rayos puede deberse
que lo que empezó siendo un amor incomparable de gaviotas en mi cielo
hoy es un sinfín de expedientes y testigos dispuestos a comprometerse
por dar un testimonio de detalles que no conocen pero que arman un camelo.

Por favor,¡Qué me importa el jarrón de la dinastía Abadí traído de Sevilla!,
más me preocupa que personas adultas necesitemos recurrir a artesanos de cagadas
porque no podemos dividir ni siquiera para quien son nuestras cuatro sillas,
por algo detesto los juzgados, será porque de ahí la gente nunca sale enamorada.

Mariano

3 comentarios:

Lluvia de abril dijo...

"No me esperes a las doce en el juzgado, no me digas volvamos a empezar, yo no quiero ni libre ni ocupado,ni carne ni pecado, ni orgullo ni piedad..." Sabemos como sigue...
Será que de los juzgados nadie sale enamorado...
Tus poemas tienen versos increíbles...
Gracias!!!
Besos muchos...
Bel

Sergei dijo...

Una delicia leerte Eze! Disfruté mucho de la lectura, es una historia muy bien llevada y contada, y antes de cada punto y aparte surge un pequeño abismo donde uno es arrojado, o quiere arrojarse, no sé.
Lo que sí sé es que en cada abismo uno vuela libre y gozosamente hasta el próximo párrafo, extasiado de adrenalina.
Gracias! Un fuerte abrazo!

Anónimo dijo...

Ezequiel Mariano este es el mejor de todos tus mejores y lo sabes